Artículo: Por qué el cepillado corporal no es solo para el verano
Por qué el cepillado corporal no es solo para el verano

Si alguna vez te has sentido cansada, hinchada o has notado la aparición de hoyuelos de la celulitis, el cepillado corporal podría ser tu ritual definitivo. Sencilla, natural y con siglos de antigüedad, esta práctica es el primer paso de un régimen de cuidado corporal y de piernas verdaderamente efectivo: es la base del enfoque Legology para unas piernas perfectas.
Una breve historia del cepillado corporal
El cepillado corporal tiene sus raíces en culturas antiguas, desde las prácticas ayurvédicas de la India hasta los rituales de baño griegos y romanos. Tradicionalmente utilizado para exfoliar la piel, estimular la circulación y promover la vitalidad general, esta práctica ha conservado su relevancia moderna gracias a su papel en la salud linfática, la mejora del tono de la piel y la remodelación corporal.
¿Por qué funciona el cepillado corporal?
En esencia, el cepillado corporal fortalece el sistema linfático, una delicada red justo debajo de la piel que filtra los desechos y las toxinas. A diferencia del sistema circulatorio, el sistema linfático no tiene bomba y depende del movimiento (como el ejercicio o un cepillado suave) para mantener el flujo. Cuando la linfa se vuelve lenta, los desechos pueden quedar atrapados entre las células grasas y contribuir a la textura de hoyuelos conocida como celulitis.
El cepillado estimula el flujo linfático hacia los ganglios linfáticos para su filtración y metabolismo. También mejora la circulación, aportando nutrientes y oxígeno a los tejidos, lo que produce una sensación de energía después del cepillado. Además, el cepillado corporal funciona como exfoliante, preparando la piel para que las cremas y aceites corporales se absorban mejor, una ventaja especialmente relevante durante los meses más fríos, cuando la calefacción central reduce la hidratación de la piel. El cepillado regular ayuda a que las cremas hidratantes tengan un rendimiento óptimo durante todo el año.
¿Seco o mojado? ¿Cuándo y cómo cepillarse los dientes?
El cepillado corporal puede realizarse sobre la piel húmeda o seca, antes, durante o después de la ducha, según las preferencias personales. El cepillado prepara la piel para absorber mejor los ingredientes activos, mejorando así la eficacia de las cremas y aceites. También suaviza la superficie cutánea, lo que favorece una aplicación y aplicación más uniforme de los protectores solares y autobronceadores.
Evite el error común de cepillarse con demasiada fuerza o durante demasiado tiempo. Utilice movimientos ligeros y rápidos, desde las extremidades hacia las zonas ganglionares centrales. El objetivo es activar la red linfática superficial, no ejercer presión profunda. Una rutina suave de aproximadamente un minuto por cada extremidad principal suele ser suficiente; un cepillado prolongado o enérgico es innecesario y contraproducente.
Los 5 pasos para cepillarse los dientes como un profesional
- Empieza por los pies. Usa movimientos muy ligeros y enérgicos, y cepilla hacia arriba, en dirección a las rodillas. Usa movimientos suaves, no demasiado fuertes. Aumenta la presión gradualmente a medida que la piel se adapta.
- Muévase hacia los muslos. Continúe con movimientos ascendentes hacia la ingle, donde se encuentran los ganglios linfáticos clave. Evite los movimientos circulares; mantenga un flujo direccional.
- Cepíllate los brazos. Empieza por las manos y cepilla hacia los hombros y las axilas, otro centro linfático.
- Aborde el torso. Cepille hacia arriba, en dirección al corazón (sobre el estómago, la espalda y el pecho), evitando las zonas sensibles.
- Termine con la aplicación del producto. Aplique un producto corporal que estimule la circulación sanguínea (por ejemplo, Legology Cellu-Lite o Air-Lite) para maximizar su absorción y efecto.
Por qué es importante la presión: No aplastes tu linfa
Una ligera presión es esencial. Las herramientas para tejidos profundos, como nódulos de plástico, varillas o masajeadores de fascia intensos, pueden dañar los frágiles vasos linfáticos ubicados justo debajo de la superficie de la piel. Estos vasos están diseñados para el flujo, no para la compresión. Seleccione herramientas y técnicas que favorezcan el movimiento linfático en lugar de forzarlo.
Elija pinceles con cerdas naturales o sintéticas suaves y realice movimientos rápidos y ascendentes. El objetivo es facilitar un movimiento fluido y mejorar la textura de la piel, no una manipulación mecánica forzada.






