Celulitis bajo el microscopio
¿Sabías que no todas las celulitis son iguales? Hace unos años, los dermatólogos publicaron una "escala de gravedad" de la celulitis para clasificar la afección en tres niveles y hacer que el tratamiento sea más específico y efectivo. Así es como categorizaron y describieron los diferentes tipos de celulitis:
Grado 1 o leve:
tiene una apariencia con hoyuelos (la describen como 'piel de naranja') con entre una y cuatro depresiones superficiales y una apariencia ligeramente 'cubierta' o flácida en la piel.
Grado 2, o moderado:
Tiene entre cinco y nueve depresiones de profundidad media, una apariencia de "requesón" y la piel parece moderadamente drapeada.
Grado 3 o grave:
Tiene una apariencia de "colchón", con 10 o más depresiones profundas y la piel está severamente drapeada.
Imagen clínica de la celulitis
Clínicamente hablando, una superficie nodular y desigual de la piel es un signo de celulitis, y la palabra “celulitis” se refiere a esta apariencia y a la actividad a nivel celular que está detrás de ella, no a la grasa.
La celulitis, como sabemos, es un problema predominantemente femenino, pero ambos sexos pueden desarrollarla: en las mujeres se debe a la estructura del tejido graso subcutáneo, mientras que en los hombres suele aparecer cuando se utiliza una terapia antiandrogénica (como el tratamiento del cáncer de próstata). Los hombres suelen desarrollar celulitis alrededor del cuello y el abdomen, mientras que en las mujeres aparece con mayor frecuencia en los muslos, el abdomen, la parte superior de los brazos y las nalgas, lugares en los que se encuentran muchos de los receptores responsables de la lipogénesis.
Para los dermatólogos, la forma en que cambia la piel también permite dividir la celulitis en tres tipos:
- Tipo duro (en mujeres que practican deportes donde son características la gran cohesión de la piel y la musculatura bien desarrollada)
- Forma esbelta (en mujeres en edad perimenopáusica, también aparece después de hacer dieta; la flexibilidad de los músculos es característica, la piel está poco tensa y suelta)
- Forma hidrópica (la forma más grave, aparece en mujeres con trastornos graves del sistema cardiovascular)
El papel del colágeno
Si bien la linfa y el metabolismo de los desechos tienen un gran impacto en la celulitis, muchos dermatólogos creen que una causa clave de la celulitis son los cambios estructurales en las fibras de colágeno (el tejido conectivo entre las células) causados por desequilibrios hormonales, falta de ejercicio y circulación sanguínea lenta.
Cuando las fibras de colágeno debajo de la piel pierden su fuerza y elasticidad, las células grasas subyacentes comienzan a atravesar las capas de fibras creando bultos de celulitis debajo de la piel.
En circunstancias normales, todas las células grasas que se encuentran debajo de la piel crean capas regulares y uniformes porque están bien adheridas al tejido conectivo (fibras de colágeno) entre la piel y los músculos. Pero con la celulitis, parte de esas células grasas que se encuentran debajo de la piel se desprenden del tejido conectivo debilitado (colágeno), se adhieren entre sí y crean pequeños depósitos de grasa grumosos que parecen requesón. A medida que esta grasa que flota libremente se acumula y aumenta de tamaño, empuja contra la piel, lo que le da el aspecto grumoso y el efecto de hoyuelos.
La celulitis se hace evidente cuando los depósitos de grasa subyacentes comienzan a atravesar capas de fibras de colágeno débiles que forman tejido conectivo debajo de la piel.
Otra causa clave de la celulitis es la debilidad de los vasos sanguíneos. Cuando las paredes de los vasos sanguíneos pierden elasticidad, el exceso de líquidos y productos de desecho, en lugar de excretarse, presionan hacia el tejido graso, donde se adhieren a las células grasas, lo que provoca hinchazón y celulitis.
Además, la mala circulación sanguínea provoca un menor aporte de oxígeno y nutrientes, provocando una ralentización del metabolismo.